anticoagulantes orales, que actúan como antagonistas de la vitamina K. Para conseguir el efecto anticoagulante con estos fármacos es necesario un intervalo de dos o tres días, pues hay que esperar a que desaparezcan los factores ya sintetizados. Este tratamiento requiere un control y ajustes de la dosis estrecho y adecuado. Otros anticoagulantes, aunque de menos importancia en la clínica, son los medicamentos fibrinolíticos, que se utilizan para destruir de forma rápida los coágulos ya formados. La estreptocinasa y la urocinasa se incluyen dentro de este grupo. Dada la corta duración de su acción y los riesgos que comporta su utilización, y a que deben administrarse por vía endovenosa, su uso está restringido a los centros hospitalarios. Los fármacos anticoagulantes
